FIESTA NACIONAL

El golpe de Sánchez al protocolo dejó sin saludo al Jemad, la ministra de Defensa, Ayuso y Almeida

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Pelayo Barro

En su intento por aplacar los abucheos, pitidos y gritos de «¡Dimisión!», el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha roto el protocolo del desfile del 12 de octubre. Y no sólo llegando tarde y haciendo esperar al Rey un minuto dentro de su vehículo. Tampoco saludó, como dictan las reglas protocolarias, a las autoridades que le esperaban en la Castellana: la ministra de Defensa, Margarita Robles, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Teodoro Esteban López Calderón. Sánchez les ignoró antes y después de la llegada del Rey.

Las reglas generales del protocolo del desfile se repiten año tras año. La llegada del presidente del Gobierno y la recepción al Rey ha seguido el mismo estricto esquema de tiempos con José María Aznar, con José Luis Rodríguez Zapatero, con Mariano Rajoy y también con Pedro Sánchez. Al menos, hasta hoy.

El hecho más evidente de esa ruptura flagrante del protocolo por parte de Sánchez, provocado por su falta de puntualidad intencionada, ha sido haber hecho esperar al Jefe del Estado durante un minuto dentro del Rolls Royce de Patrimonio Nacional. Pero no ha sido la única.

Saludos

De haber seguido el protocolo marcado, Sánchez debería haber sido recibido en la Castellana por las autoridades principales del desfile: ministro de defensa, presidente de la Comunidad de Madrid, alcalde de Madrid y JEMAD. Así se puede comprobar en las imágenes de las llegadas presidenciales al 12-O los años precedentes.

En el vídeo adjunto a esta información puede verse ese esquema de llegada en el desfile del 12-O el año pasado: Robles, Ayuso, Almeida y López Calderón están esperando a Sánchez, y una vez que llega, él saluda como muestra de cortesía a cada uno de ellos -incluso conversa brevemente con el JEMAD-. Después, los cinco se dirigen hacia otra parte de la vía donde se situarán para la recepción a los Reyes. Allí, como ha ocurrido durante años, el presidente se separa del grupo unos metros para ser quien salude y reciba personalmente al Jefe del Estado.

Este año, Sánchez se ha saltado todo este esquema al llegar tarde. Robles, Ayuso, Almeida y el JEMAD, ante la llegada del vehículo del Rey, ya habían formado una fila para saludar al Jefe del Estado. El presidente llega casi un minuto después a esa fila, con el Rey ya bajando del coche, y se coloca directamente a la misma altura que el resto. No saluda a ninguna de las autoridades, como dicta el protocolo. Tampoco se separa del grupo para personificar la bienvenida.

Ni después

Moncloa podría argumentar que con lo ajustado del cronómetro no había tiempo para saludar a las autoridades. Pero incluso cuando el Rey ya ha saludado a todos ellos y se dirige hacia la tribuna, las imágenes captan como Sánchez va a pocos metros del Jefe del Estado y no hace ademán alguno de reparar su fallo de protocolo y saludar a las autoridades del desfile. Es decir, ni antes ni después. Un detalle que no ha pasado desapercibido para algunos expertos en protocolo.

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